martes, 21 de julio de 2009

Confesión inconfesable de un dictador

No se puede decir más alto ni más claro: el presidente de la República de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, es un dictador. Así acaba de autodefinirse, él mismo, en la rueda de prensa que ofreció a los medios de comunicación durante el reciente viaje del ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos a Guinea Ecuatorial. La oposición de Guinea Ecuatorial, las instituciones internacionales, las ONG’s llevan décadas denunciando inútilmente la cruel y feroz dictadura que viene padeciendo la población ecuatoguineana sin que nadie, ni siquiera la ONU moviera un dedo para paliar la situación. Es más; la colaboración con confeso y sanguinario dictador ha sido la tónica general que ha venido marcando las relaciones con países de renombrado talante democrático: Francia, España, los Estados Unidos de Norteamérica… Será, digo yo, por aquello de “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Al final, ha tenido que ser el propio Obiang, quizás si en un extraño arrebato de incontrolada lucidez mental quien nos ha aclarado el panorama.

A partir del mismo momento en que Obiang pronunciara la frase, ya histórica, de “soy el que dicta las normas”, sobran ya las excusas para actuar. Ya nadie en todo el mundo (ni siquiera el amiguísimo Moratinos) puede albergar la más mínima esperanza de que algún día, por muy lejano que fuera, Guinea Ecuatorial, con Teodoro Obiang, caminará por la senda de la democracia y del respeto de los derechos, públicos y personales, de todos los ciudadanos ecuatoguineanos. Las palabras pronunciadas por Obiang, un señor feudal del siglo XXI que no solo avasalla sin la más mínima compasión a sus propios conciudadanos sino que además se atreve a insultarlos llamándoles “ociosos”, constituyen un desafío que ni la oposicón de Guinea Ecuatorial ni los dirigentes democráticos del mundo se peden permitir. Obiang ha lanzado el guante; sólo falta que alguien lo se lo devuelva. ¿Quién será?

Es evidente que el guante lanzado por Teodoro Obiang ha de recogerlo, ante todo, la oposición democrática ecuatoguineana, que ha de asumir unitaria y decididamente su papel histórico de la liberación definitiva de Guinea Ecuatorial. Para ello necesitamos ganar día a día la credibilidad de nuestros compatriotas, tanto del interior como de fuera del país; una credibilidad que sólo se puede conseguir adoptando en todo momento actitudes democráticas en las propuestas, en los discursos y en nuestras acciones. ¡Basta ya de sandeces y de inútiles batallas fraticidas! Basta ya de sectarismos y de supuestos gobiernos en el exilio que, por su falta de legitimidad representativa, no hacen más que enmarañar aún más la dramática situación de Guinea Ecuatorial; tiempo habrá para elegir al futuro presidente de la República y de formar un nuevo gobierno que represente a todos los ecuatoguineanos. Por ahora necesitamos, y más que nunca, conjurarnos en una gran alianza de fuerzas democráticas con la pujanza necesaria para derribar el muro que simboliza la actual dictadura de Teodoro Obiang. Es, por otra parte, la garantía necesaria para merecer el necesario apoyo internacional.

1 comentario:

  1. molt interessant el article Obam ... m'agrada com ho expliques hi han moltes coses que desconaixem i amb petits detalls com el teu blog les realitats son mes clares... a por ellos crack Obam President !! karim

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